jueves, 7 de mayo de 2009

IBARRETXE VUELVE A SU PLANETA


Sucede que ibarretxe se ha vuelto a su planeta. Le arrebataron el bastón de poder, su cayado de mago élfico, su larga vara de roble antiguo con remates de plata . Sucede que Ibarretxe se ha ido y dicen que en su despedida reía nervioso y miraba a todos incrédulo y socarrón. Dicen que el planeta de Ibarretxe tiene una atmósfera irrespirable hecha de nitrógeno, metano y monóxido de carbono. Vuelve el señor Ibarretxe a su paraíso de rocas y hielo. Se ha llevado un esqueje del roble de Guernica, pero dejó a la serpiente que en él habita por ver si muerde un poco a su sucesor. También dejó el hacha por si algunos quieren hacer leña del roble centenario.

Ya llega Ibarretxe a su planeta, dicen que probablemente se pondrá a trabajar de inmediato contando rocas, por el puro afán de contar, y que concebirá un plan para la emancipación de las rocas metamórficas, que para eso son sus preferidas y que lo llamará algo así como:" estatuto para el metamorfismo regresivo de mis amadas rocas" el título aún no está decidido del todo pero qué mas da, todo el mundo acabará llamándolo plan Ibarretxe.

se marchó a su planeta montado sobre una bicicleta intergaláctica, pedaleando con afán, recordando las luchas pasadas y orgulloso de dejar una economía más o menos saneada. Lo despidieron en pie los suyos, tras una larga ovación y eso no se olvida. lo abrazaron los burukides fraternales, besaron sus pálidas mejillas las gélidas damas aranistas y un fornido grupo de gudaris disparó salvas en su honor. Se cortaron algunos troncos donde tallar su efigie y un apuesto dantzari de rh negativo le dedicó el aurresku final. Hasta algunos de aquellos vampiros de piel viscosa acudieron a abrazarlo emocionados, le gustó el gesto, aunque se sacudiera después con disimulo las sucias escamas que quedaron prendidas en su traje.

Sucede que se va Ibarretxe pedaleando con constancia y afán, sin mirar atrás, sin derramar una lágrima, él no es hombre de lágrima fácil. Todo se hizo bien, se va contento de su trabajo, algunos derramaron sangre, pero no era la sangre de Aitor, sólo los burukides deciden quien lleva la sangre de Aitor, sólo el Euskadi Buru Batzar decide quien es depositario de la purísima sangre de Aitor ni siquiera el propio Aitor puede manifestarse al respecto. Se nos va el simpático Ibarretxe, y se va ya, no es hombre de largas despedidas, un abrazo por aquí, unas risas por allá, ninguna lágrima, ya se ha dicho que él no es hombre de ponerse a llorar y cuando te quieres dar cuenta ya no está, y ahí se queden colgados esos con sus solemnes ceremonias que bien sabe él que acaban siempre en juergas de batzoki, regadas con txacolís y riojas alaveses.

No tiene casa en su planeta pero lleva consigo un ataúd de titanio que le regalaron los vizcaínos. Es hombre austero y no necesita más. Ya me lo imagino recostado en su ataúd durante las interminables y heladas noches de su lejano planeta sonriendo incrédulo y socarrón y escuchando con sus orejas afiladas el eterno Crack de sus amadas rocas en descomposición.

2 comentarios:

Carlos Javier Fernández dijo...

que le pinchen la bicicleta para que no vuelva

jaime dijo...

ahora es turno de tocar madera para que el actual lehendakari no meta la pata en ningun asunto importante y promueva el cambio que tantisimo necesitan las vascongadas, que, por convicción o testarudez me resisto a llamar pais vasco.